La Luz
Y
la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Génesis 1,2,3
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Génesis 1,2,3
Durante
3 milenios esta proposición del origen de nuestro mundo material, más allá de
cualquier discusión religiosa o científica nos propone a la luz como la primera
manifestación de la creación, y de alguna manera como la representación de Dios, como se expresa en los grandes ventanales de vidrio en colores que filtran la luz en
la grandes catedrales góticas.
La
Luz pues es la primera creación Bíblica del cosmos, aunque “La tierra estaba desordenada y vacía” y su
espíritu “se movía sobre la faz de las aguas” lo que nos permite especular que la Tierra y las aguas fueron creadas antes que la luz, sin embargo y para efectos bíblicos la primera
orden de Dios es “hágase la luz” y la luz se hizo… lo demás es especulación
inútil al menos por ahora en este articulo.
Curiosamente
la luz se crea antes que sus fuentes naturales, las estrellas, El Sol, y la
luna (creados el cuarto día) los científicos y físicos reduccionistas
parten (y luego se extienden) de estas dos primeras contradicciones (las aguas
y la luz) para negar cualquier valor al libro del génesis, y no les falta razón
si lo vemos desde una perspectiva puramente científica reduccionista, no
importa que unidad astronómica de tiempo usemos para sustituir los “días” del
génesis, (un día mil millones de años?) la cadena de eventos está equivocada en
el nivel más fundamental.
Explicaciones
han aparecido muchas, aunque durante unos tres o cuatro siglos, el que pusiera
en duda el primer capítulo del Génesis podía ser considerado reo de Herejía y
en consecuencia condenado a los más horribles tormentos, en tiempos más
modernos los grupos no fundamentalistas de las religiones que usan a la biblia
como libro de referencia, han encontrado alegorías y simbolismos que procuran
explicar la proposición creacionista del Génesis, aunque créanlo o no, hay
grupos fundamentalistas que aun consideran herejía dudar de la veracidad al pie
de la letra del capítulo uno del génesis. Los tiempos han cambiado desde la
persecución de Galileo, sin embargo con toda la importancia que tiene la luz, lo que realmente pareciera importar mas y mas es “la materia” aquello
de lo que las estrellas, planetas, y hasta nosotros estamos hechos, materia
atómica la “sustancia” estable del Universo. (La tierra desordenada y vacía?
Las aguas? La luz antes de sus fuentes?) Podemos tal vez sospechar que hay una
relación entre la naturaleza de la materia y la escritura sagrada en el
génesis? Habrá tal vez leyes físicas cuantificables expresadas allí? Aventurado especular sobre el asunto.
Y
porque el H:. Jacobo nos habla hoy de astrofísica y génesis? Se preguntaran mis
hermanos a estas alturas, por varias razones una porque según se investiga mas
y mas en campo de la cuántica, de la astrofísica, de los campos “punto cero” de
energía, mas y mas científicos se
acercan a la idea de una inteligencia, consciencia universal, (GADU?),
acercándose a los antiquísimos
postulados del misticismo oriental, porque Masonería lleva siglos diciéndolo a través
de su símbolo primigenio (la escuadra y el compas sobrepuestos con la G en el
medio) que la ciencia el misticismo y la razón persiguen idénticos propósitos
por caminos distintos que comienzan a acercarse, porque cada día se hace más
evidente que “materia” y “espíritu” “forma” y “no Forma” son componentes de un
totalidad inteligente y tal vez consciente.
Siempre
habrá fundamentalistas científicos y fundamentalistas religiosos, el dogma es una
de las maneras del ego de sobrevivir y
realizarse, todos aun en los extremos somos
necesarios, propongamos el tema en logia, traigamos los nuevos hallazgos
de la ciencia al debate, busquemos en la ciencia en las religiones, en el
misticismo respuestas a las tres preguntas básicas, de donde vengo? Quien Soy?
A donde voy?.
Y
al tercer golpe de mallete se dijo:
Hágase
la luz
Y
la Luz se hizo.
Jacobo Cifuentes D.